Centenares de cuchillas parecen desgarrarme por dentro, respiración agitada, los ojos quieren cerrarse pero mis monstruos no les dejan, un sudor frío recorre mi cuerpo dejándome casi paralizado enredado entre las sábanas que son prisión.
Quiero huir pero...¿hacia donde? No hay camino, no hay lugar, no existe hogar donde refugiarme y llorar, llorar como cuando era niño, cuando aun quedaba ilusión en mi corazón, cuando aun quedaba esperanza en mi alma ahora calcinada por una vida robada.
Oscuridad, es lo único que veo al abrir los ojos, es lo único que queda en mi mente, en mi.
No hay comentarios:
Publicar un comentario